Atlético Bucaramanga: un ciclo de frustraciones y la necesidad de un cambio radical
Rubén Zapata, el técnico a cargo del Atlético Bucaramanga tras la salida de Alexis Márquez, oficializó su renuncia después de la derrota 1-0 ante Alianza Petrolera. El 'Auriverde' está nuevamente eliminado en el certamen del fútbol profesional colombiano, pero, ¿realmente debería sorprendernos? Ya sabíamos que este sería el resultado.
Es desgarrador observar cómo juegan con las emociones de los aficionados, promoviendo ilusiones para luego desvanecerlas. También es lamentable reconocer que, de alguna manera, todos somos masoquistas al seguir creyendo. Además, es desolador no ver mejoras significativas en el horizonte.
La reciente derrota ante Alianza Petrolera en Barrancabermeja es una manifestación de lo que hemos presenciado en repetidas ocasiones. La última vez que clasificamos fue en el primer semestre de 2022, cuando Dayro Moreno lideraba la tabla de goleadores. Nos aferramos a la creencia de que somos superiores, pero una y otra vez, se repite el mismo resultado decepcionante.
Los jugadores, con la excepción del arquero James Aguirre, carecen de amor por el equipo; su motivación parece limitarse al salario al final del mes. Les falta capacidad técnica y táctica; cometen errores en situaciones de gol que desafían la lógica. A pesar de ser profesionales en teoría, sus acciones no respaldan esta etiqueta.
Los directivos, por su parte, también dejan mucho que desear. El máximo accionista, Óscar Álvarez, parece perseguir sus propios intereses, especialmente en su carrera política para convertirse en alcalde de Ocaña, municipio de Norte de Santander. Los logros deportivos del club no le importan, ya que sus prioridades giran en torno al dinero, como lo demuestran las cifras millonarias registradas por 'El Leopardo' según la Superintendencia de Sociedades.
Entonces, ¿qué nos depara el futuro? Parece que estamos atrapados en un ciclo de constantes cambios de entrenadores, uno o dos fichajes estelares para ilusionar a los aficionados, seguido de malos resultados y nuevas eliminaciones. Se necesita un cambio estructural, una inversión significativa en recursos para lograr objetivos como la participación en torneos internacionales y el tan anhelado título.
Sin embargo, esta transformación parece estar más allá de nuestro alcance actual. Incluso, si Álvarez gana en Ocaña, surgirá el rumor de que planea llevar al equipo a esa ciudad.
Nosotros, periodistas e hinchas, debemos reflexionar sobre nuestra falta de reacción. Entre los santandereanos, la unidad para impulsar cambios reales resulta complicada. Con 74 años de historia del Atlético Bucaramanga, la tristeza y las adversidades continúan predominando. Ha llegado el momento de abogar por un cambio sustancial.
Comentarios
Publicar un comentario