La doble moral en el fútbol colombiano

Para muchos, fue indignante observar a varios jugadores del Once Caldas, a quienes les liquidaron el contrato, salir del club con bolsas negras, supuestamente cargando sus pertenencias. Sin embargo, ¿quién se indigna con el comportamiento de los futbolistas, como el que ocurrió recientemente tras el descenso del Unión Magdalena, entre otros casos?


Es de anotar que la directiva del club de Manizales notificó que no contarían más con los servicios de Gerardo Ortiz, Marlon Piedrahíta, Fainer Torijano, Sherman Cárdenas, Andrés Felipe 'Pecoso' Correa y Luis Fernando Miranda, y fueron fotografiados con bolsas negras. El periodista Sergio Llamas lo publicó y anotó: "el reflejo de lo que ha sido el Once Caldas este año".

Pero nuestra indignación no debe limitarse solo a este hecho puntual, sino que debemos prestar atención al comportamiento de muchos futbolistas tanto dentro como fuera del terreno de juego. En ocasiones, parece haber un doble rasero en la manera en que se juzgan sus actos.

Resulta desolador presenciar ciclos en los que su principal preocupación es el dinero, ya que, en muchos casos, sus ingresos superan a los de médicos, ingenieros, profesores, arquitectos y otras profesiones que trabajan arduamente durante más de 8 horas diarias, y a ellos nadie les critica por su rendimiento. Cuando se les hace, a menudo se sienten agredidos y reaccionan de manera negativa, con gestos y groserías.

Ante estas situaciones, me viene a la mente un video en el que Diego Maradona, cuando era entrenador del Gimnasia de La Plata, respaldó a un hincha que criticó a un jugador diciéndole: "Cobras como 70 'lukas' y no sabes pararla de pecho, para eso juego yo".

A menudo, sus acciones denotan una falta de profesionalismo, descuidando por completo el sentimiento e ilusión de los hinchas, quienes pagan una entrada por ver el espectáculo que tanto aman. 

Recientemente, tras una derrota ante el Atlético Bucaramanga, se filtró un video en donde los jugadores Andrés Carreño y Carlos Bejarano del Unión Magdalena, que descendieron de categoría, se les ve de fiesta y celebrando, una situación sumamente inusual.

Esperamos que la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales, ACOLFUTPRO, también se manifieste en contra de estos comportamientos inapropiados. La exigencia es para todos.

Es hora de amarrarnos los cinturones para que se comporten como verdaderos profesionales y eleven el nivel de nuestro torneo, ya que no somos protagonistas en las Copas Internacionales y siempre somos eliminados en fases iniciales. No más alcahuetería.

Y, para terminar, espero que aquí no ocurran situaciones sospechosas relacionadas con las apuestas deportivas, como las que afectaron al fútbol de Bolivia, ya que eso sería la gota que colma el vaso y nos llevaría al 'apague y vámonos'.

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